lunes, 1 de junio de 2015

En Martialay, de nuevo




Un año más, y van cinco, la localidad soriana de Martialay recibió a los visitantes que acudieron para ver trabajar a las encajeras, unas ochenta bolilleras (y un bolillero) que se habían dado cita y mostraban sus primores. Provistas de sus mundillos, salen de sus manos, en combinación con alfileres, hilos solos o mezclados con metales preciosos, y alambres, piezas de delicada artesanía, como pendientes, colgantes, o sencillamente interminables metros de encaje para adornar sábanas, vestidos, manteles... 
 



Junto a estas artesanas, los puestos, habituales en este tipo de eventos, ofrecían pan y productos de bollería; miel y derivados; bisutería y otras gollerías, y labores.



La jornada estuvo animada por un joven grupo de gaiteros, por vídeos y música de M-Audiovisuales y, finalmente, por el grupo de sevillanas de la Academia de Ólvega.




Como cada año, en la planta primera del edificio multiusos, podía visitarse una exposición de labores donde predominaban, fundamentalmente, las realizadas con bolillos.



Podía controlarse el gusanillo del hambre, tras haber dado un buen paseo por cualquiera de las verdes y floridas veredas que salen del pueblo, con los platillos colocados estratégicamente, unos con chorizo a la brasa y torreznos, y otros con dulces.




Un trabajo, este de organizar la jornada festiva año tras año, que requiere del esfuerzo de todos los vecinos y, por supuesto, de su generosidad. Sólo así es posible seguir adelante en esta provincia y, al menos, frenar una sangría que parece irreversible. Pero mientras pueblos como esos que nos gusta visitar, Martialay entre ellos, sigan unidos y trabajen juntos, nos gusta pensar que todavía queda esperanza.

Podéis leer los artículos sobre los anteriores Encuentros aquí:


lunes, 4 de mayo de 2015

Sarnago, nueva hacendera, nuevos objetivos



En esta jornada de trabajo comunitario en Sarnago, el domingo 3 de mayo de 2015, tocaba ir rematando los trabajos comenzados. Colocar los carteles explicativos de la calera, uno en el propio edificio construido el año pasado de 2014, y el otro en el interior del museo. Continuar arreglando el edificio destinado a actividades culturales, donde, a lo largo de los años y de las hacenderas, se han hecho dos baños, se ha acondicionado la cocina, y se ha restaurado el museo y la sala-biblioteca, en el interior, en cuanto al exterior hace dos años que se picó toda la fachada para sacar la piedra. Junto a todo ello, en cada jornada de trabajo comunitario se limpian calles, lavadero y cementerio.

Ahora, y para próximas azofras, toca plantear más retos. Durante la comida se acordó arreglar el alumbrado.
El hermoso paraje de “el Pozo” no sólo está ya en el punto de mira, sino que durante el domingo han comenzado a limpiarlo de maleza. Se trata de uno de los lugares donde antaño acudían a lavar. Allí, rodeado de espinos, nace un manantial y, en 1748, se construyó una fuente de la que escribiremos en próximas actualizaciones.

El proyecto más ilusionante para los sarnagueses es la restauración de la Iglesia de San Bartolomé, que se acometerá en cuanto sea posible. Ya están a buen recaudo las dos campanas y la pila bautismal.

En fin, no nos cansamos de escribir sobre el ejemplo que representa este pueblo de la Sierra de la Alcarama, el buen ambiente que reina entre todos los componentes de la Asociación de Amigos de Sarnago y, derivado de ello, todo lo que van logrando.



domingo, 26 de abril de 2015

Jaime I, Leonor de Castilla y Ágreda



Fotos: Leonor Lahoz
Jaime I, rey de Aragón, de Mallorca y de Valencia, conde de Barcelona y de Urgel y Señor de Montpelier y otros lugares del Sur francés, “el Conquistador”, fue rey desde su infancia. Era hijo de Pedro II, “el Católico”, y de María de Montpellier, llamada por algunos “la Santa”. Nació en Montpellier en 1208, y su nacimiento estuvo envuelto en cierto misterio que la investigación histórica no ha resuelto.  Huérfano de padre desde niño, fue puesto por el Papa Inocencio III bajo la tutela de los Caballeros Templarios de Monzón (Huesca). Tenía 13 años cuando se casó en 1221, en Ágreda, con la infanta Leonor de Castilla. El matrimonio duró ocho años y de él nació un hijo, Alfonso, quien hasta su muerte, antes que la del padre, fue el heredero de la Corona de Aragón. El pretexto o justificación esgrimida para el divorcio fue la consanguinidad, ya que ambos eran bisnietos de Alfonso VII de Castilla, aunque es pensable que fueran otros relacionados con la política entre reyes, ya que a lo largo de la Historia las bodas reales donde intervenían consanguinidades de grados más bajos que ésta han sido harto frecuentes.

La historia de este rey –separada en ocasiones la personal de la pública- fue decisiva para Aragón y Cataluña. El sobrenombre de “el Conquistador”, se debe a las sucesivas anexiones a sus tierras de aquellas ocupadas por musulmanes, o bien deshabitadas casi por completo, como es el caso de la llamada Catalunya Nova, donde se engloba la actual Tarragona. Su política matrimonial le llevó a casarse con Violante (Yolanda) de Hungría, hija del rey, tras el divorcio de Leonor de Castilla. Con Violante tuvo ocho o nueve hijos pero, tras su muerte, fueron varios los bastardos reales engendrados con amantes que han pasado a la Historia, como Teresa Gil de Vidaure, Blanca de Antillón y Berenguela  Fernández, apellidos que se verán después en la más influyente nobleza aragonesa. Con su última amante, Berenguela Alfonso, no tuvo hijos.

A la muerte de Jaime I el reino fuerte que había logrado, fue dividido entre algunos de sus hijos. Las tierras nuevas conquistadas con el apoyo de Violante de Hungría fueron repartidas entre algunos hijos, pasando Mallorca y el Sur francés a manos de Jaime quien sería el fundador de la monarquía de Mallorca como Jaime II, dando lugar a luchas familiares que se prolongaron hasta la muerte, en Soria, del infante o rey nominal Jaime IV de Mallorca.
Murió en Alcira (Valencia), a los 68 años, pero sus restos, o lo que de ellos queden tras la ruina causada por la Desamortización en 1835 y posterior restauración por Frederic Marès, se encuentran en el monasterio de Santa María de Poblet, en Tarragona. Mezclados, con toda seguridad, con otros, eso sí, reyes de la misma familia.

Muy distinta fue la vida de Leonor de Castilla, de no menor linaje. Nació hacia el 1191, por lo que era bastante mayor que Jaime. Era nieta, por línea materna, de Enrique II Plantagenet de Inglaterra y de la reina Leonor de Aquitania. Sus padres fueron Leonor de Inglaterra y Alfonso VIII de Castilla, nacido en Soria y rey desde la infancia, quien casó también en Soria. Sus hermanas Berenguela, Urraca y Blanca, fueron reinas consortes, como ella misma. Dicen que fue su madre, Leonor de Inglaterra o Plantagenet, quien ordenó las pinturas del asesinato de Tomás Beckett, arzobispo de Canterbury, en la Iglesia de San Nicolás de Soria, como homenaje a quien fuera gran amigo de su padre, el rey Enrique.

Tras el divorcio y por expresa voluntad de quien fuera su esposo, Jaime I, quedó usufructuaria de la villa de Ariza y su castillo, así como de todos los bienes con que había sido dotada, siempre y cuando no volviera a casarse, y se le permitió, algo casi desconocido en la historia, que mantuviera a su hijo Alfonso, heredero de la corona de Aragón, junto a ella. El tratado fue, al parecer, hecho por el propio rey Jaime y por el sobrino de la reina Leonor, Fernando III el Santo, en el Monasterio soriano de Santa María de Huerta. Leonor se retiró al monasterio de las Huelgas Reales, en Burgos, hasta su muerte. Allí, entre reyes, permanece el sepulcro de la reina. Otra historia más de las desgraciadas reinas consortes que eran objeto de intercambios y paces y consideradas poco más que vientres reales desde que nacían. Pocas, entre ellas su propia abuela Leonor de Aquitania, se zafaron de ese destino, aunque desde luego tuvo bastante influencia el que fuera poseedora de Aquitania, uno de los ducados más extensos y más importantes de la Edad Media, además de duquesa de Guyena y condesa de Gascuña.
El hijo de Leonor, Alfonso de Aragón, quien debió padecer las intrigas de su madrasta, Violante de Hungría, murió en Calatayud, hacia 1260, sin dejar descendencia. Unos historiadores aseguran que sus restos se hallan en el Monasterio zaragozano de Veruela, y otros en Valencia.
En una crónica apócrifa (final s.XIV-principio del XV), se describe así a Jaime I:
Era uno de los bellos hombres del mundo, era mayor hombre que otro de un palmo, era muy bien formado y muy cumplido de espaldas y de miembros, la cara colorada y grande y la nariz larga y bien derecha y gran boca y bien hecha y los dientes no grandes mas iguales y blancos y los ojos garzos y hermosos y los cabellos que parecían hilos de oro, el cuerpo largo y delgado, los brazos luengos (…).
De la reina no se ha conservado ninguna imagen, pero sí de sus antecesores Plantagenet y Aquitania, por lo que es de suponer que sus cabellos fueran rubios. Los dos jóvenes que el sábado, 25 de abril, representaron en Ágreda los desposorios de Jaime y Leonor eran tan creíbles que parecían los propios reyes.

En la villa soriana de Ágreda, en la raya con Aragón, se representó, un año más, los Desposorios de Jaime de Aragón y Leonor de Castilla. Fue habitual a lo largo de la Edad Media que las villas rayanas con Aragón (Monteagudo de las Vicarías, Serón de Nágima, Morón de Almazán, Ágreda…), fueran escogidas por los distintos monarcas castellanos y aragoneses para firmar paces y celebrar matrimonios, por motivos estratégicos. Ágreda conserva un importante patrimonio artístico y cultural, aunque salpicado entre los disparates arquitectónicos de los años sesenta y posteriores, tal y como sucede en la misma capital. Entre esos despropósitos, se han conservado y se van restaurando, aquellos que el sábado fueron testigos de la fiesta medieval, como la joya (aunque renacentista) del palacio de los Castejones, y la iglesia de San Miguel, cuya primera edificación fue románica.

Grupos de recreación histórica se dieron cita en la Villa llamada de las Tres Culturas. Pudimos ver almogávares, que tanta influencia tuvieron en las batallas ganadas en el Mediterráneo; templarios, bajo cuyo manto se educó el rey Jaime; al grupo La Santa Compaña, que llevaban entre sus personajes escribas, judíos, cristianos y musulmanes, en honor a la villa de Ágreda; y, en fin, grupos de personas muy bien caracterizadas que, junto con los protagonistas de la historia, los propios reyes, daban ambiente y color, y creaban la sensación de realidad histórica ante el numeroso público congregado.


lunes, 13 de abril de 2015

Emocionantes conciertos en Fuentes de Magaña y Soria



El pasado fin de semana tuvo lugar dos conciertos, ambos con el mismo repertorio e intérpretes. El primero, el sábado 11 de abril, en Fuentes de Magaña, en el interior de la Iglesia de la Inmaculada Concepción, y al día siguiente en el Casino de la Amistad Numancia, de Soria.
Fue interpretado por el cuarteto de cuerda Lucentum (nombre que hace referencia a la ciudad ibero-romana junto a la actual Alicante). De tierras mediterráneas llegaban estos jóvenes intérpretes, de la mano del maestro don Manuel Castelló Rizo, que ha puesto a Soria y sus tierras en el universo de la música, como otros hicieran antes en el de la pintura, la poesía o la narrativa. La generosidad del maestro Castelló debe ser contagiosa, ya que el Cuarteto Lucentum acudió a nuestras tierras por puro altruismo, algo que a muchas personas plurisubvencionadas  les  debe sonar algo raro.
El Cuarteto de cuerda “Cordes”, de Manuel Castelló, el primero en ser interpretado, fue dedicado por su compositor al alcalde de Fuentes de Magaña, Dionisio Martínez Valer, quien el próximo mes de mayo dejará, tras dos legislaturas, la Alcaldía. Dionisio ha logrado en este tiempo realzar la villa de Fuentes relacionándola con la Cultura y el Turismo.

Tanto el concierto en Fuentes de Magaña como el del Casino resultó emocionante y delicado, tanto por el repertorio, como por la interpretación y, desde luego, por los instrumentos propios de los cuartetos, todos de cuerda, que logran transportar tanto al entendido como al profano.
Los cuartetos de cuerda comenzaron a interpretar en el siglo XVIII gracias a  Joseph Haydn y a Luigi Boccherini a quienes se les considera los padres de ellos.


El programa
Primera parte
Manuel Castelló – Cuarteto de cuerda “Cordes”. (En estreno absoluto)
            I. Allegro
            II. Meditación
            III. Finale

Luigi Boccherini – “La Música nocturna de las calles de Madrid”
I.              La campana del Ave María.
II.            El tambor de los soldados.
III. Minueto de los mendigos ciegos.
IV. El Rosario
V. Pasacalle “Los Manolos”

Joaquín Turina – La oración del torero op. 34

Segunda parte
Antonín Dvořák – Cuarteto nº 12 en Fa Mayor op. 96 “Americano”
            I. Allegro ma non troppo
            II. Lento
            III. Molto vivace
IV. Finale: Vivace ma non troppo

Tanto en Fuentes de Magaña como en Soria, hicieron bises: el primer tiempo de la obra de Castelló, el pasodoble Suspiros de España y un tango.


Los intérpretes

El Cuarteto Lucentum está formado por Igor Kovalchuk e Inés Granizo, violines; Arturo Millán, viola; Jordi Piñol, violoncelo. Surge por el afán de estos jóvenes instrumentistas alicantinos en unir su formación y talento artístico con el objetivo de divulgar la literatura musical de la agrupación por excelencia de la música de cámara: el cuarteto de cuerda.

Tras estudiar en diversos conservatorios profesionales de la provincia, licenciarse en los Conservatorios Superiores de Alicante y Baleares, y haber realizado másteres y cursos de perfeccionamiento por toda la geografía europea, actualmente todos ellos realizan una amplia actividad interpretativa que les ha llevado a actuar por las mejores salas y auditorios de España, así como por otros países como Francia, Alemania, Austria, Italia, Holanda, Rusia, Eslovaquia y China.

Sus componentes poseen amplia experiencia orquestal, habiendo participado con agrupaciones como Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia, Joven Orquesta Nacional de España, Orquesta Sinfónica Ciudad de Elche, The World Orchestra of Jeunesses Musicales, Il Concerto Accademico, Joven Orquesta Nacional de Holanda.

Entre sus últimos conciertos cabe destacar los realizados en el Museo de Alfarería de Agost, en la Iglesia del Salvador de Elche, en la Fundación Paurides de Elda, en la XXVI Semana Musical “Lillo Cánovas” de San Vicente del Raspeig, en el Auditorio de la Diputación de Alicante y en Ifema en Madrid.

Entre sus próximos compromisos se encuentra un concierto con el concertista internacional de guitarra, Juan Carlos López Segura, en el Auditorio de la Diputación en el mes de mayo.

Paralelamente a su intensa actividad artística, realizan una importante labor pedagógica en Alicante, ejerciendo como docentes en diferentes conservatorios profesionales de la provincia. El interés de sus músicos en adentrarse en nuevos estilos musicales que vayan más allá de lo clásico ha hecho posible que el cuarteto posea un amplio repertorio, abarcando obras que van desde el barroco hasta la música actual más vanguardista.




De buena pluma




El 4 de abril último, en El Burgo de Osma, en los salones que el Ayuntamiento de la Villa Episcopal tiene para eventos culturales, tuvo lugar la presentación del primer volumen de Antología de Autores que, con el título De buena pluma, ha editado la Asociación Cultural La Pluma de El Burgo.
Son cuatro los autores, colaboradores de la revista literaria La Pluma, que viene publicándose, en periodicidad trimestral, a lo largo de los últimos años. Alfonso Bengoechea, Isabel Goig, Javier Nicolás y Carlos Robredo cumplimentan este primer volumen.
El título de la colección, De buena pluma, se adapta muy bien a los contenidos. Los autores intentan dar lo mejor de sí mismos en narraciones sorprendentes, bien estructuradas, emocionantes algunas y, en general, dignas de esta publicación que los factótums de la revista han hecho posible, corriendo el riesgo que estas empresas representan, aunque no debería ser así. Ninguno de los autores es plurisubvencionado, ni pluripremiado a bombo y platillo con dinero público,  ni cuenta con padrinos en las instituciones, por lo que, guste o no guste lo publicado en este primer volumen, es únicamente mérito o demérito de los autores.

Sorprendente “La máquina del tiempo de Tiberio Galán”; muy interesante “Jam Sol Recedit”, de Javier Nicolás; en suspense mantendrá “El boticario”, de Carlos Robredo; emocionantes otros relatos como “El canto de la primavera”, de Nicolás, “Una tarde de primavera”, de Robredo, y el resto de esos pequeños relatos que tanto uno como el otro dejan escritos para todos nosotros, haciéndonos reflexionar sobre las cosas de la vida, de la muerte, del amor… Y no digo nada de “El roble de Alba”, porque quien esto escribe es la autora y todavía no he aprendido a distanciarme de lo mío.

Todos son autores fuertemente vinculados a Soria y sus tierras e inspirados en ellas, en las tierras, en la historia, en los ritos y las costumbres pasadas, con currículos literarios abultados, que saben separar el grano de aquello que fue y posiblemente no volverá, de la paja de lo que ahora es y son.


lunes, 19 de enero de 2015

El cerdo, el antropólogo y las matanzas del Virrey



Cuando escribo sobre la matanza, me gusta añadir “del cerdo”, porque quienes no están familiarizados con el mundo rural es posible que se escandalicen, y más en tiempos tan convulsos como los que vivimos, donde se mezcla la pazguatería con lo progre, y algunos se escandalizan de igual manera e idéntica intensidad, por la matanza del guarro como por el rapto de doscientas niñas.
Wesley Brunson, norteamericano de Minneapolis, en el Estado de Minnesota, antropólogo, ha entendido bien la esencia de sus conocimientos adquiridos en la Universidad de Lovaina, donde le debieron enseñar, ya en el primer año, que un antropólogo ha de sumergirse e investigar todo rito que se le presente, aunque éste sea cruel.

Dispuestos como siempre estamos a diseccionarlo todo, el acto de la matanza del cucho ha sido, también, analizado desde todos los puntos de vista posibles. ¿Es un sacrificio?, sí, ya que el Diccionario de la Real Academia le da a este concepto la definición de “Matanza de animales, especialmente para el consumo” y también el de “Ofrenda a una deidad en señal de homenaje y expiación”. Sacrificar viene a significar “Hacer sagradas las cosas”. ¿Es un rito?, también. En el mismo diccionario leemos para rito “Costumbre o ceremonia”. Además,  los ritos propiciatorios llevan implícito, o explícito, el sacrificio, y éste, como tal ofrenda, contiene bastante crueldad.
Otra forma de analizar la matanza del cochino es desde el punto de vista de la religión. Se mataba, y se hacía públicamente, para así demostrar que se era cristiano viejo. Ya sabemos que durante siglos lo de la limpieza de sangre estuvo muy arraigado en la sociedad, especialmente porque lo que se jugaban era el pellejo, no del cerdo, sino el propio.

Hace ya siglos, desde que la Santa Inquisición ocupó el lugar que le correspondía, ninguno, para el mundo rural de toda España, la matanza del cerdo es un acto tan natural como plantar ajos en el huerto. Ya que, tanto los productos chacineros como los ajos, sirven para alimentarse. O sea, que desde este punto de vista, la matanza familiar de animal tan generoso se ha practicado, y en parte se sigue haciendo, para conseguir parte de las proteínas necesarias que se distribuirán a lo largo del año y, especialmente, en los meses de verano, cuando la actividad agrícola es más intensa. Ni más, ni menos. A esto se une el placer de reunir a toda la familia alrededor del sacrificio y posterior elaboración, y la generosidad, pues parte del cucho será repartido en lo que en el mundo rural se llamó presentes de la matanza.

La familia del Virrey Palafox, de El Burgo de Osma, hace cuarenta años que se dedica a dar a conocer este rito, la primera parte de él, el sacrificio concretamente. Y lo hace, como antaño, públicamente. Son las populares Jornadas de la Matanza del Virrey que han ido creciendo hasta convertirse en la fiesta más universal que se da en las tierras de Soria.
Es más que cochinos, uno de sus eslóganes. Y, pese a eso, el acto central no ha quedado desvirtuado, perdido entre la variedad de actos que lo rodean, sigue siendo el principal. Durante tres meses, la villa episcopal y las de alrededor, se ven animadas por festejos, siempre relacionados con el cerdo. Armando García, maragato, miembro de la familia Soto, propietarios del Virrey, un hombre de mucho carisma, ha creado lo que podríamos denominar, ¿por qué no?, un enorme paquete turístico, pero con sentido, que comenzó, hace ya algunos años, con la puesta en marcha de un museo dedicado al cerdo, donde se puede encontrar desde la historia del animalito, pasando por la bibliografía sobre el tema, pinturas relacionadas, esculturas y auténticas obras de arte. A esto se unen concursos relacionados con el marrano, encierro de cochinos y torneos medievales (este año, en marzo, con sorpresa).

Armando, siempre atento a todo aquello que se relacione con su actividad principal, vio en la llegada, el pasado año, a El Burgo, del antropólogo Wesley Brunson, la ocasión de ayudarle en el estudio de la matanza del cerdo para su tesis, a la vez que le daba conocer y aprovechaba el conocimiento del joven (¡es muy joven!), añadiéndolo a este rito tan castellano. Wesley pasó entre nosotros unos meses, volvió a Lovaina, redactó su tesis, y ha vuelto este año. El jueves, día 15, dio una conferencia en el Casino de Soria, con el título de “El cerdo y el antropólogo”, que repitió al día siguiente en El Burgo de Osma.
Este año, las Jornadas de la Matanza del Virrey fueron inauguradas el sábado, día 17. Jesús Ángel Cintora, periodista nacido en Ágreda, encargado de dirigir un programa en la Cuatro televisión, fue el encargado de dar el pregón inaugural y no le tembló la voz en las numerosas alusiones a la corrupción, tan apropiadas por los diferentes nombres que se le dan al cerdo, extrapolables al mundo de la política. El año pasado lo hizo quien fuera presidente de la comunidad de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, también presente, junto con muchas otras personalidades del mundo de Periodismo y la Cultura. Pocos políticos, o casi ninguno, salvo el alcalde de El Burgo y presidente de la Diputación de Soria, Antonio Pardo, quien estaba a título de matancero de honor.

Y matancero de honor, entre otros, fue nombrado Wesley Brunson, quien recibió el blusón y el diploma emocionado, en presencia de sus padres, llegados exprofeso para la ocasión desde la lejana Minneapolis.
Y qué decir del pantagruélico banquete que tuvo lugar en el Salón de los Diezmos, recién modelado. Un dicho popular ilustra de que Tres días hay en el año/que se llena bien la panza:/Nochebuena, Nochevieja/y el día de la matanza. Pues así son las Matanzas del Virrey, más de veinte platillos, por lo que recomendamos comenzar a comer poco a poco para que se puedan probar todo aquello que nos van colocando en la mesa.