La nieve le sienta bien a Oncala. Nos tememos que sus habitantes no estén de acuerdo con nosotras, porque la temperatura, el pasado domingo 5 de diciembre, apenas subió de 0 grados. Pese a ello, la penúltima actividad organizada por la Asociación de Tierras Altas, se llevó a cabo, y con numerosos visitantes. Lo que no faltó fue calor humano.
Hemos dicho muchas veces, y lo diremos muchas más, que allí donde viven ganaderos trashumantes, vive buena gente, y en Oncala viven muchos. Fueron, una vez más, los hombres de las merinas, las mujeres de los trasnochos, los dos sacerdotes de Tierras Altas, Antonio y Jesús, y todo el pueblo en general, con el alcalde, Urbano Arancón al frente, dirigidos por los miembros de la Asociación, que no paran en todo el otoño, quienes hicieron posible que la jornada fuera un éxito, pero también algo entrañable.
El frío no impidió que se formara el Belén viviente en el rincón que formaba la entrada de una casa de merineros. Un poco más abajo se había recreado la escena de la elaboración de una caldereta. Y en el zaguán de la casa que fuera del obispo de Segovia y arzobispo de Valencia, el oncalés Juan Francisco Jiménez del Rio, ahora propiedad de Amalio Las Heras, unas mujeres rememoraron aquellos trasnochos que hacían mientras los hombres y los ganados estaban pasando largos meses en los pastos del Sur.
La muestra del Acebo de Soria se hizo en el interior de una nave que sirve para las actividades que se hacen en Oncala, en el centro de la cual habían colocado un Belén. El año 2009 se permitieron podar casi 20 toneladas de ramas de acebo, siendo la poda más importante la del acebal de Garagüeta, seguida del de La Póveda, Castilfrío, Estepa de San Juan y Oncala.
En la feria de este año había stands del propio acebo, que lo gestiona Acebalia, y que se podía adquirir en forma de ramitas, plantones, centros. El cardo rojo de Ágreda estaba también presente, los agredanos están luchando con fuerza para introducirse en el mercado de los productos de calidad. La quesería de los hermanos Arancón va ampliando la oferta con quesos en aceite envasados al vacío, y uno cremoso, del tipo de la torta del Casar, que nada tiene que envidiar a la extremeña. Esta puede ser otra muestra del intercambio cultural entre regiones que se dio durante el auge de la trashumancia. Artesanía, camisetas, confitería y jabones caseros completaban el escaparate de la Feria del Acebo.
Las mujeres oncalesas habían hecho perolo que podía degustarse gratis. El perolo es un postre que se hace por Navidad, a base de vino, frutos frescos y secos, y canela. En algunos pueblos de Soria la tradición mandaba que el vino lo regalara a los vecinos el Ayuntamiento. Habían hecho también un gran perol de caldo, y tampoco faltó el chocolate.
Entrañable el ambiente que se vivía la tarde del domingo en Oncala. Mientras, nuestro amigo Santi Alvarez trataba de convencer a los merineros de que mantuvieran la raza pura y se organizaran para conservarlas.
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