Oncala desde el Puerto. Cien habitantes con sus tres anejos
El
Proyecto Serranía Celtibérica está dirigido por Francisco Burillo Mozota,
Catedrático de Prehistoria de la Universidad de Zaragoza en el Campus de
Teruel. Está compuesto por 30 investigadores de diferentes universidades e
instituciones. A este proyecto se han unidos asociaciones y plataformas que
luchan, en la medida de sus posibilidades, para que este espacio, ya
empobrecido y con una densidad de población que no alcanza los ocho habitantes
por kilómetro cuadrado, se recupere.
El
espacio Serranía Celtibérica agrupa, en mayor o menos superficie, las
provincias de Soria y Teruel (en su totalidad); Guadalajara (salvo la franja
limítrofe con Madrid); Cuenca (salvo la zona Sur); Castellón (una franja del
Oeste provincial); Zaragoza (salvo el NE); la mitad de la provincia de Burgos;
La Rioja (su zona Sur, limítrofe con Soria y Burgos); y Segovia (una pequeña
franja del NE).
Sarnago, en la Sierra de la Alcarama. Siete habitantes.
Manifiesto: Serranía Celtibérica (España)
La
investigación arqueológica ha permitido visibilizar la entidad de la Serranía
Celtibérica. Con una extensión de 63.098 km2 (doble que
Bélgica), tiene censada una población de 487.417 habitantes y una densidad de
7,72 hab. por km2. De sus 1.263 municipios, 556
tienen menos de 100 habitantes, cuando en el resto de España hay 514. Presenta
una situación de despoblación extrema, acentuada desde los años 60, momento en
el que los polos de desarrollo se ubicaron en otros territorios, potenciando la
emigración. No debe extrañar que en su seno hayan surgido los movimientos
sociales más importantes de España: Teruel Existe, Soria Ya, La Otra Guadalajara, La Plataforma Cívica de Cuenca, Al Jiloca ya le Toca, etc.
La Serranía Celtibérica comparte con la Zona Ártica
de los Países Escandinavos la mayor despoblación de la Unión Europea. Pero nuestra
situación es más crítica que la de Laponia. Las extremas condiciones de frio de
Laponia han dado lugar a que la población se concentre en los fiordos y existan
medidas especiales para los habitantes de su interior. Sin embargo, la Serranía Celtibérica es un territorio
desestructurado, sin cohesión interna, con
un patrimonio degradado, con la mayor tasa de envejecimiento
de la UE y con los índices de natalidad más bajos, por lo que está
biológicamente muerta y condenada a su desaparición.
Cañicera, en el Sur provincial. Cuatro habitantes.
En la Baja Edad
Media fue zona fronteriza entre los reinos de Castilla y Aragón. Esta condición
de frontera ha perdurado, en cierto sentido, hasta la actualidad. La Serranía
Celtibérica es zona interior y, a su vez, zona periférica de las Comunidades
Autónomas de Aragón, Castilla La Mancha, Castilla y León, Comunidad Valenciana
y La Rioja, en cuyas capitales residen los centros de poder político y
económico.
Sin embargo,
hace algo más de dos mil años la situación era muy distinta. La Celtiberia
tenía una entidad cultural propia; y sus centros políticos y económicos estaban
situados en las múltiples ciudades estado de su territorio. Una de ellas,
Segeda, alcanzó el mayor tamaño del Norte de Hispania. Roma la trató como igual
al declararle la guerra en el año 154 a.C., adelantó la elección de los
cónsules del 15 de marzo al 1 de enero, motivo por el cual nuestro calendario
comienza en esta fecha. Roma desplazó 30.000 hombres; los segedenses, aliándose
con los numantinos, reclutaron 25.000; y el 23 de agosto, día de Vulcano, les
derrotaron. Poco después, los romanos vencieron a los celtíberos; pero su
avance fue lento: Numancia tardó veinte años en caer.
Ha llegado la hora de volver a unir nuestras fuerzas
para detener el mayor “etnocidio silencioso” de la Unión Europea. Quienes
vivimos en la Serranía Celtibérica y nos resistimos a abandonarla pedimos:
Al Gobierno Español y a los Gobiernos Autónomos que
reconozcan la peculiar entidad territorial de la Serranía Celtibérica. Que,
ante su crítica situación, apliquen la discriminación
positiva y tomen
medidas efectivas, no paliativas, en materia económica, fiscal y de
infraestructuras, y que anulen las “fronteras” educativas y sanitarias. Que los
fondos que destinan en materia de despoblación y envejecimiento se inviertan de
forma finalista en los territorios despoblados.
A la Unión Europea que tenga en cuenta su
condición periférica y fronteriza y aplique las medidas legisladas en materia
de montaña, ruralidad y despoblación. Que ubique
en la Serranía Celtibérica el Centro de la UE de Documentación e Investigación
del Desarrollo Rural.
A la UNESCO que reconozca el Patrimonio Cultural de la Celtiberia como Patrimonio de la Humanidad (estuvo
en su lista indicativa desde 1998 al 2006).
Peñalcázar. Sureste provincial. Deshabitado.
Necesitamos medidas efectivas de “repoblación”, que supongan la explotación sostenible de sus recursos,
la promoción nacional e internacional de
la riqueza potencial de la Serranía Celtibérica, de su patrimonio natural y
cultural, de sus productos agroalimentarios, artesanales, gastronómicos y
turísticos. ¡Y las necesitamos con extremada
urgencia! Por que no
hay nada más triste y desolador, para la mayoría de nuestros municipios, que
vivir en el vacío de sus calles en invierno, en la soledad de un pueblo sin
niños, rodeado de casas que se van hundiendo, y a más de una hora de coche de
cualquier servicio.
(Manifiesto
desarrollado por el Instituto Celtiberia
de Investigación y Desarrollo Rural y el Proyecto I+D+i:
HAR2012-36549. “Segeda y la Serranía Celtibérica: de la
investigación interdisciplinar al desarrollo de un territorio”,
financiado por el Ministerio de Educación y Ciencia y los fondos FEDER, en el
que participan 30 investigadores dirigidos por Francisco Burillo-Mozota,
catedrático de Prehistoria de la Universidad de Zaragoza en el Campus de Teruel.
Véase el documento: Serranía
Celtibérica (España). Un Proyecto de Desarrollo Rural para la Laponia del
Mediterráneo)
Taniñe. Sierra de la Alcarama. Tres habitantes
Un
Instituto de Investigación para dar soluciones
“El grupo de investigación de la Serranía Celtibérica, unido a
otros investigadores, van a constituir de forma inmediata el Instituto
Celtiberia de Investigación y Desarrollo Rural con sede en el Campus de Teruel.
En la fase previa ha elaborado un documento Serranía Celtibérica
(España). Un Proyecto de Desarrollo Rural para la Laponia del Mediterráneo, donde se demuestra que cumple los requisitos para
que la Unión Europea la reconozca como Región Montañosa, Región
Escasamente Poblada y Región Rural Remota. El marco de este
Instituto se refleja en la reunión del Consejo de Competitividad
para debatir el Programa Horizonte 2020: “Las ciencias sociales y
las humanidades se integrarán en los tres pilares principales de
Horizonte 2020 y se incluirán como parte integral de las actividades destinadas
a solventar todos los retos sociales traspasando los límites en los que se
enmarca cada disciplina”. Las estrategias investigadoras también se encuadran
en los objetivos establecidos por el Parlamento Europeo en su Reglamento del
Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), 2014-20: “El FEDER debe contribuir a reducir las
diferencias entre los niveles de desarrollo de las diversas regiones y el
retraso de las regiones menos favorecidas, ... a las regiones que padecen
desventajas naturales o demográficas graves.. y de montaña””. Francisco Burillo
Mozota. Diario de Teruel, lunes, 17 de febrero de 2014.
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