domingo, 11 de noviembre de 2012

El Museo del Traje, en Morón de Almazán



Era, un museo sobre el traje soriano, una vieja aspiración de don José Tudela de la Orden, desde hace noventa años, cuando reportajeó una exposición de trajes que había tenido lugar en El Royo. Después vendrían, siempre de la mano de Tudela, comentarios a otras muestras similares en el Salón Blanco de la Diputación de Soria, o en espacios como el Museo del Pueblo Español, avisando siempre el ilustre archivero sobre la riqueza y variedad de la indumentaria soriana. En ella se fijó también Valeriano Bécquer para sus composiciones pictóricas costumbristas, una de cuyas recreaciones se puede ver en el museo que recuerda, a él y a Gustavo Adolfo, en Noviercas.
Conscientes algunos sorianos del valor etnográfico de la indumentaria, algunas prendas fueron guardadas en arcas y desde hace años son expuestas coincidiendo con algún evento cultural. Recordamos ahora un desfile de modelos con estas prendas que tuvo lugar hace ya más de quince años, en Alcozar, gracias a la muy activa asociación de este pueblo, a cuyo frente ha estado (no sabemos si lo sigue estando), Divina Aparicio.
Hace unos meses fue en Fuencaliente del Burgo, con motivo del día de la recreación de la siega y la conmemoración de la compra del coto redondo por parte de sus habitantes. En otra ocasión algunas mujeres de Baraona abrieron las arcas para mostrar a Cruz Vergara algunos de sus tesoros, que Cruz mostró a su vez a los televidentes de Canal 4. El Museo Pastoril de Oncala tiene expuestas vestimentas propias de los pastores trashumantes. Recientemente, en el Centro Cultural de Sarnago se ha instalado una vitrina donde se guardan los vestidos y los tocados de las Móndidas. En algunos museos etnológicos se puede ver alguna prenda. Y una forma de ver la ropa tradicional en vivo y en movimiento, es presenciar los bailes tradicionales del Grupo de Danzas Sorianas, por ejemplo el próximo día 8 de diciembre, de 13 a 15 horas, en Santa Cruz de Yanguas.

También en la Historia ocupa un lugar importante la indumentaria, ya que encontramos recogidas en testamentos, legítimas e hijuelas, unas prendas con nombres antiguos y preciosos, que ya sólo es posible encontrarlos en diccionarios como el de Autoridades o Covarrubias. Por ejemplo, en una relación de bienes de una legítima, datada en San Pedro Manrique, en el mes de mayo de 1753, aparece un jubón de chamelote (tejido urdido con pelo de camello según el Diccionario de Autoridades), una basquiña, y un miramelindo, aderezo que, al parecer, era propio de gentes adineradas, ya que lo hemos encontrado también en una manda testamentaria de la marquesa de Palafox.
Otro ejemplo, esta vez en una hijuela fechada en 1604, “un bobillo colorado de saial por el precio de tres reales”. El bobillo era un encaje que se ponían las mujeres alrededor del cuello, según el Diccionario de Autoridades. En el libro de visitas de la Ermita de la Virgen del Monte encontramos las telas usadas para hacer un vestido a la imagen en el año 1690: tafetán azul de Granada, brocado de flores, seda y mitán.
Todo esto, disperso, ha sido orientado por el joven historiador y etnógrafo Enrique Borobio quien, junto con el departamento de Cultura de la Diputación Provincial de Soria, Yolanda Martínez al frente, ha logrado poner en marcha un dignísimo Museo del Traje, en la villa de Morón de Almazán, algunas de cuyas piezas, incluidas joyas, estuvieron expuestas el pasado año en el Casino de la Amistad Numancia, donde Enrique mostró, explicó y hasta dejó tocar esas alhajas con nombres también preciosos, como siguemepollo, zarcillos...

Morón es un interesante lugar que perteneció al señorío de los condes de Monteagudo (desde 1915 Monteagudo de Mendoza para distinguirlo de otro). Estuvieron emparentados, por vía bastarda, con los reyes de Navarra y por legítima a varios nobles relacionados con Soria, como los Mendoza o los señores de Cameros. Los Mendoza engrandecieron la plaza de Morón con sus monumentos, que llaman la atención de cualquiera que pasa por allí, tanto por la belleza y elegancia de iglesia y palacio (donde al menos uno de los nobles de la Casa vio la luz, Rodrigo de Mendoza y Mendoza, virrey de Calabria, nieto del guarda mayor de Enrique IV), que convive con la tradición constructiva de las casas de la plaza, donde también, advirtiendo que es villa, se alza el rollo o picota.
En el palacio se ha instalado el Museo y en sus vitrinas pueden contemplarse escenas cotidianas, de fiesta familiar y de trabajo, cada una de ellas ambientada con la indumentaria propia. Alrededor de ellas, utensilios de labor completan la escena de la vida y las actividades en los pueblos de Soria, dejando clara la diferencia en la vestimenta, en contra de la homogeneización de la actualidad.
Las vitrinas y los espacios que las acompañan muestran objetos de muchos de nuestros pueblos: Ágreda, Soria, San Pedro Manrique, Rioseco, Ledesma, Baraona, Fuencaliente del Burgo, Villabuena, Velilla de los Ajos, Fuentearmegil, Camparañón, Almazán, San Esteban de Gormaz, Zayuelas, Tarancueña, Frechilla de Almazán, Morcuera, Rioseco, Gómara, Tardelcuende, Gallinero, Velilla de la Sierra, Santervás del Burgo, Torreandaluz, Burgo de Osma, Chércoles, Trébago, Torrubia de Soria, Rebollar, Quintanilla de Tres Barrios, Morón, todos ellos de Soria, y Tordehumos (Valladolid).

La gestión del Museo del Traje ha sido encomendada, como la de la Villa Romana de Las Cuevas de Soria, a Soria Museum. Tanto esta empresa, como el Departamento de Cultura de la Diputación de Soria, están empeñados en hacer del Museo un lugar vivo, donde se realicen actividades en las que participen los habitantes de Morón, por lo que habrá que estar atento a lo que vayan programando, así como a los horarios y fechas de visita, que en invierno se reducen sensiblemente.

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